jueves, 5 de mayo de 2011

1ª parte

Durante el siglo XIX la vestimenta varió sus modos de producción. En su primera mitad apareció la mecanización en los procesos de estampación y también se produjeron una serie de mejoras en las máquinas de hilatura y tejeduría. En 1851 Isaac Merrit Singer modernizó las máquinas de coser, y en 1856 William Henry Perkin obtuvo la anilina, el primer tinte sintético. Además este siglo fue testigo del nacimiento de la confección tal y como se entiende hoy en día, a gran escala, y de la alta costura, creada por Charles Frederick Worth en 1856, año en que abrió su maison en París, en la que presentaba sus colecciones de temporada.


La segunda mitad del siglo


En la década de 1850 surgieron los grandes almacenes, donde se comercializaban productos a precios más asequibles; también las revistas de moda comenzaron a desempeñar un papel importante en el desarrollo de la vestimenta; por último, la evolución de los transportes, con el consecuente crecimiento de las exportaciones, logró una democratización en el vestir.
A comienzos de la década de 1850 surgió el miriñaque, una enagua con aros metálicos (lo más habitual eran los hilos de acero), que sustituyó a la antigua crinolina, realizada con crin de caballo. De este modo las faldas se ensancharon enormemente, y dieron paso, una década después, al polisón. En este caso se trataba de una prenda también interior que realzaba el volumen en la parte trasera de la falda, que se rellenaba con materiales de distintos tipos. La industria de la ropa interior evolucionó notablemente, llegando a la creación del brassiére, el prototipo del moderno sujetador

ejemplos

A partir de 1857, el mundo de la moda cambia radicalmente y empieza a desarrollarse tal y como lo conocemos hoy en día. Hasta este momento los modistos se desplazaban a las casas de sus clientas para confeccionarles las prendas de ropa a medida, pero Worth decide cambiar las tornas y hacer que las clientas se desplacen a su maison para observar las colecciones que crea anualmente. Es el primero en organizar desfiles en su casa de moda, el primero en coser una etiqueta con su nombre en una prenda de ropa y el primero en entender la moda como un elemento social importantísimo.




                                   
 


                                                            


                                        


                    

diferencias

  1. CAMISA: Es la pieza de ropa interior. Suele ser a conjunto con la enagüas.
  2. ENAGÜAS: Son la parte de ropa interior que se lleva bajo la falda. Va acompañada de un ahuecador para asi darle vuelo a la falda
  3. MEDIAS : Suelen ser de seda o algodón y con bordados de flores, iniciales...
  4. ZAPATOS : Normalmente están forrados con la misma tela del traje, y hay de diversos gustos: de punta redonda, cuadrada, con lazo...
  5. FALDA: Una de las partes que mas luce en el traje de fallera. Suelen ser telas de seda o rayon estampadas con flores de colores o borcateladas.
  6. CORPIÑO: Parte superior del traje, que va acompañada de manteletas. Suele ser de la misma tela que la falda, y la característica del traje del siglo XVIII es que es de media manga (hasta el codo), sin embargo en el traje de valenciana del siglo XIX las mangas del corpiño son de farol, es decir, de manga corta. Las mangas de farol suelen ir fruncidas y acompañadas de puntillas. Las del siglo XVIII pueden ir acompañadas de puntilla o de un simple lazo, segun gustos.
  7. LAS MANTELETAS: Las manteletas pueden ser de tul, de seda... y van bordadas de hilo de oro o de plata labrando en la misma tela de la manteleta preciosos dibujos. Su acabado puede ser en forma cuadrada o redondeada.
    Las manteletas se componen de la manteleta superior, que es la que se lleva en el corpiño, y la manteleta inferior, el llamado delantal. Ambas llevan el mismo bordado.
  8. LAS PEINETAS: Las peinetas son del mismo estilo para los dos trajes, pueden ser cinceladas en latón plateado o latón en oro. Se colocan sobre los moños.
  9. EL ADEREZO: El aderezo es otro de los accesorios que mas se luce en el traje de fallera. Suele estar hecho a mano por un orfebre. Para el siglo XVIII el aderezo suele estar compuesto de una cholla, que se coloca en la parte superior del corpiño, junto al escote, el collar, el cual suele ser una cruz, una virgen o cualquier otra cosa mas relacionada con el ámbito religioso, como puede ser un camafeo. Para el siglo XIX suele ser a conjunto con la cholla y suele ser de varias tiras de perlas acompañadas con un broche central o dos laterales. Las agujas, son las agujas que se clavan en el moño trasero y sirven de sujecion de éste.

2ª parte

En la década de 1850 surgieron los grandes almacenes, donde se comercializaban productos a precios más asequibles; también las revistas de moda comenzaron a desempeñar un papel importante en el desarrollo de la vestimenta; por último, la evolución de los transportes, con el consecuente crecimiento de las                   exportaciones, logró una democratización en el vestir.                                                                               
A comienzos de la década de 1850 surgió el miriñaque, una enagua con aros metálicos (lo más habitual eran los hilos de acero), que sustituyó a la antigua crinolina, realizada con crin de caballo. De este modo las faldas se ensancharon enormemente, y dieron paso, una década después, al polisón. En este caso se trataba de una prenda también interior que realzaba el volumen en la parte trasera de la falda, que se rellenaba con materiales de distintos tipos. La industria de la ropa interior evolucionó notablemente, llegando a la creación del brassiére, el prototipo del moderno sujetador.

3ª parte

El Estilo Polisón Vestimenta Estilo Polisón
A partir de mediados del Siglo XIX la mayoría de los vestidos constaban de dos piezas separadas, un corpiño y una falda, a medida que transcurrían los años, se incrementó el uso de ornamentos y detalles, añadiéndose complicados adornos a cada uno de los pliegues de la vestimenta. Como resultado, la silueta natural de la mujer desaparecía debajo de las telas y los encajes.


A partir de la década de 1860, las faldas perdieron volumen en su diámetro total, la parte delantera quedó plana y la posterior ganó en grandeza gracias al apoyo de una prenda interior llamada polisón. El polisón era una almohadilla colocada sobre el trasero, para realzarlo. Las faldas y las sobrefaldas se solían recoger y llenar de vuelos y encajes en forma de cascada. Con solo unos pequeños cambios en los detalles, el estilo polisón continuó hasta los años 90 de este Siglo.


La única excepción a esta regla era un vestido de una sola pieza, que marcaba la figura de quien lo llevaba, apareció a principios de la década de 1870, era conocido como “vestido línea princesa” en honor de la princesa Alejandra (1844–1925), que se convirtió en reina de Inglaterra.


La Belle Epoque La Transición del Siglo XIX al XX


Vestimenta Estilo Belle Epoque
Durante el periodo de la “Belle Èpoque” en Europa (1870-1914), caracterizado por la elegancia el refinamiento y el optimismo, los patrones que regían la moda eran estéticos, siendo secundaria la comodidad y el bienestar físico de la mujer.


Hasta comienzos del Siglo XX la moda femenina fue incómoda a consecuencia de la utilización del corsé, que apretaba todos los órganos internos. Así muchas mujeres se convertían en meros objetos decorativos.


El ideal de belleza femenino debía ser de pecho erguido y abundante, caderas anchas, cintura muy afinada y nalgas exageradas. Así surgieron las mujeres con forma de “S”, que ajustaron las faldas, recogieron el pelo sobre la cabeza, con complicados peinados y adornaron sus enormes sombreros con plumas, haciendo además juego con la estética modernista.


A finales de este periodo comienza a aparecer un nuevo tipo de mujer, por primera vez creado por ellas mismas. Una mujer independiente, que luchaba por el voto y por entrar en el mercado laboral. Para ellas la vestimenta se fue simplificando y la excesiva ornamentación desapareciendo, dando lugar al traje sastre de dos piezas, más adecuado a las nuevas necesidades.
La Evolución de La Ropa Interior. Entre el siglo XIX y el XX
Evolución ropa
A principios del Siglo XIX, la revolución industrial había agilizado la producción de bienes, esto influyó, entre muchas otras cosas, en una mejora del nivel de vida de la población y en una reducción en los precios de las prendas de vestir. Así las clases sociales más acomodadas e incluso las incipientes clases medias adquirirán numerosas piezas y complementos de vestir. Arropado por todo ello se desarrolló una estricta etiqueta social con relación al atuendo, las señoras debían cambiarse de ropa siete u ocho veces al día para seguir los dictados de la sociedad. Los siguientes términos, aplicados a los vestidos, son indicativos de las ocasiones en que éstos se utilizaban: vestido de mañana, vestido de tarde, vestido de visita, vestido de noche (para el teatro), vestido de baile, vestido de etiqueta, vestido de casa, y por último, ropa de dormir.


Se crearon numerosos tipos de prendas interiores adecuados a los nuevos vestidos. Además de la camisola, aparecieron las calzas largas o calzones y las enaguas, y toda la ropa interior femenina se llenó de encajes y adornos. Los miriñaques, polisones y corsés, todos ellos imprescindibles para la silueta esculpida del Siglo XIX, se reconvirtieron en nuevos modelos con dispositivos e inventos novedosos, muchos de los cuales fueron patentados. Los aceros y los muelles hicieron posible esta nueva y amplia selección de miriñaques y polisones, haciendo su aparición en la ropa interior y desplazando a los habituales soportes de tela, crin de caballo, ballena, bambú y roatán. La invención de los objetos de acero en 1929 hizo que los corsés fueran realmente eficaces para moldear la silueta femenina. Las mujeres los siguieron considerando la prenda interior imprescindible hasta principios del Siglo XX.

viernes, 25 de febrero de 2011

presentación

Antes de comenzar a hablar sobre moda tenemos que conocer el significado que el concepto “moda” conlleva.

Según el
Diccionario de la Real Academia Española, la moda es una costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos. Enriéndese principalmente de los recién introducidos.


Otra definición más clásica y corriente dice que es una costumbre iniciada por una minoría prestigiada e importante, que llega a la sociedad y es aceptada por ella.

Existe, sin embargo, otra definición de corte mucho más periodístico según la cual la moda es un fenómeno social colectivo que retrata a un pueblo. Surge de la vida misma como medio de expresión y comunicación.

Para la periodista
Margarita Rivière, la moda es como la narrativa difusa que ha movilizado masivamente la gente de esta época a ver, comprar y convertir esa narración en parte de uno mismo.

Los sociólogos más serios aseguran que todos tenemos varias identidades, de lo cual hay que congratularse puesto que es síntoma inequívoco de que llevamos la pluralidad dentro de nosotros mismos. La moda en la indumentaria ha puesto todo esto a nuestro alcance y lo ha convertido casi en obligación. La moda es ese mecanismo sutil que hace aflorar a la vez lo conocido y lo desconocido de cada individuo.


La moda ha regido relaciones personales y colectivas, ha levantado mitos, ha creado h
istorias, ha movilizado voluntades y ha construido paraísos imposibles.

Pero el concepto de moda que más se adecua a nuestro objetivo es el siguiente: Moda son los gustos pasajeros que condicionan costumbres y tendencias en cualquier aspecto de la vida, aquello que tiene la atención general centrada en sí, que ha creado un momentum a su alrededor.

El fenómeno moda lleva implícito unas condiciones básicas: su sentido de la fugacidad, su interés radical por el cambio espectacular, por las variaciones que desembocan en su amor incondicional por todo lo que signifique novedad. Todo lo que es moda, pasa de moda, y esa facilidad para no permanecer es lo que define el auténtico proceso de la moda.

Lo mejor es siempre el presente, por eso la moda (sobretodo la que a indumentaria se refiere), entendida como un proceso de creatividad, tiene como principal cualidad estar en el momento.

Este amor apasionado por el presente hace que lo que está en la calle, lo que se lleva en cada momento nos entre por los ojos y nos parezca lo más favorecedor, lo más bonito. En cada época se cree firmemente que la moda del momento es la expresión definitiva, la más razonable, la más estética.

Pero la exaltación incondicional del presente supone en cierta manera una descalificación del pasado, de aquello que fue y ya no es novedad. Por eso la aparición de la moda como tal (otra vez nos referimos casi exclusivamente a la moda de vestimenta), surge cuando la sociedad deja de concentrarse en la tradición y el pasado colectivo, y otorga una aureola de prestigio a las nuevas formas y costumbres.

Ahora comenzaré a hablar sobre la historia de la moda…

La moda fue un invento magníficamente interesante que conformó la modernidad humana. Existe desde el siglo XIV. Apareció espontáneamente como instrumento aristocrático de diferenciación grupal, afirmación de la individualidad y embellecimiento personal. Su nacimiento significó un avance en la sensibilidad occidental.

Por todo ello, su inicial y principal función a lo largo de estos cinco siglos de vida se ha ejercido en el ámbito de la indumentaria. La moda fue la encarnación de la mediación entre una idea y su realización, para lo cual desarrolló toda la fuerza emocional de los iconos y los símbolos.
Su extraordinario desarrollo se debió a la importancia que para el hombre moderno ha tenido progresivamente la apariencia, símbolo sobre el dominio sobre las condiciones de vida. La degeneración de esa lógica deducción por las formas de las imágenes en el delirio y obsesión por el exceso de signos, el espectáculo gratuito y la virtualidad como sustituta real del mundo tangible, cierra una historia singular. Y abre también nuevas incógnitas.

Los expertos señalan tres etapas básicas en la historia de lo que se ha llamado moda aplicada a la indumentaria:


La larga etapa aristocrática, entre los siglos XIV y XIX, su utilidad común es como instrumento social para distinguir la calidad de las personas. Como claro instrumento de poder, las nuevas clases burguesas pugnaban por apoderarse del control de ese instrumento definitorio de identidades en las incipientes ciudades de la edad moderna, a las que la moda ayuda a transformarse en el paraíso del ver y ser visto y en el escenario donde exhibir la ilimitada ambición humana de señorear la tierra.

La etapa burguesa va desde principios del siglo XIX hasta los años 20 del siglo XX. Se amplía la base social de la moda y crea un nuevo instrumento de diferenciación para esas elites: La Alta Costura, que, a su vez, se convierte en el faro que ilumina la apariencia del mundo divulgando ampliamente los valores burgueses, entre los cuales sobresale el mandato de ser lo que se aparenta y no al revés. La moda consolida su poder de persuasión, su capacidad mediadora entre idea, imagen y realidad, su atractivo como resorte psicológico de creación de deseos. Gracias a este intermediario sutil que es la moda, madre directa de la imagen cinematográfica, se difunden modelos de vida, de emociones, y de comportamientos en el mundo entero.

La etapa consumista se inició en los Estados Unidos durante los años veinte de nuestro siglo. En este tiempo no seguir la moda equivale a la exclusión social. La moda en la indumentaria permite a una mayoría de individuos de las sociedades occidentales sentirse como los aristócratas del Renacimiento y los burgueses de la industrialización.

capitulo 4


Como ya hemos nombrado anteriormente, es con Charles Worth cuando se inicia la moda, o al menos la moda tal y como la conocemos hoy en día. Sin embargo, esta moda se fundamenta en la aparición del concepto de la higiene, a finales del siglo XIX. Es en este siglo, en este momento, cuando cae el poderoso Ancien Régime, cuando la Burguesía se hace con el poder, cuando se destrona a la Aristocracia, cuando se inicia el vestido, cuando comienza la Belle Époque. Esta distinguida época se caracterizó por su rescate de la singularidad, del estilo aristocrático, su distinción y diferenciación, que habían sido anulados por el academicismo burgués. Esta nueva singularidad viene de la mano de influencias artísticas tales como la música, la pintura, y el arte, las cuales, combinadas, dieron un resultado asombroso. ¿Liberación? Tal vez podríamos así llamarla. Belleza despojada de acorsetamiento, estilo suelto, colorido, sensual...la moda de las cocottes.



Pero no nos olvidemos de Worth. Worth consideró la moda como "el espacio vacío de la continuidad del cambio a partir de un objeto que se degrada antes de que se desgaste". Nada ha cambiado hoy en día. Esta moda worthiana, aristocrática y de corte, muy distinta de la estadounidense, se vio inmersa en la modernidad a la muerte de la Reina Victoria de Inglaterra, con la consiguiente desaparición de la moda victoriana. En esta moda francesa surge un nuevo artista, Poiret, quien encontró su inspiración en el Art Noveaux. No podemos iniciarnos en la moda sin nombrar a quien es considerado el maestro de Chanel, su precesor por excelencia, quien llevó a cabo una de las revoluciones de la moda más importantes. Aparecen nuevos cortes, nuevos estilos, colores chillones y sombreros ostentosos. Es Poiret el responsable de la caída de la corsetería femenina, un distinguido símbolo burgués.


Aquí encontramos un video sobre Poiret, y una representación de la Belle Époque.


La moda, como concepto social, se ve ligada y afectada por cualquier cambio en la sociedad. Y eso mismo ocurrió a principios de siglo. "Algunas veces las princesas andan en autobús o a pie por las calles". Aparece el automóvil. La moda pasa a la calle.


Por el contrario, la moda rusa mostró una rígida oposición ante la influencia de la Modernidad. Era una moda también aristocrática, ostentosa, poderosa. Era una moda antimoderna. En el primer atisbo de libertad, ésta dio paso a la modernidad, surgiendo la moda constructivista soviética. "Comodidad, belleza, elegancia". Tan solo tres palabras.


Los felices años 20 también fueron felices para la moda. La moda de las abreviaturas: el cambio abreviado, la falda abreviada. Una moda tubista, un estilo tubista, "las mujeres tubo" de Léger.
Pero los años 20 tienen otro nombre: Chanel.
"La moda se pasa de moda, el estilo jamás". Creadora del estilo "chic pobre", la irregular, solitaria y singular Coco inventaba un estilo mientras sus colegas de profesión pensaban únicamente en estrenar modas. Una mujer bien vestida sería, a partir de entonces, una mujer poco vestida. Exigirá gustarse a sí misma en primer lugar, antes de intentar complacer al espectador. Coco dio lugar a la mujer,y al igualarse a los hombres, acabó por ser superior a ellos.
Este nuevo estilo, nuevo género de comportamiento, no era ni masculino ni femenino: era el suyo.


El vestido atiende en cada momento histórico a las situaciones políticas. No lo pongo en duda. Conocemos la moda de los años 30 como una moda carnavalesca, como símbolo de reivindicación ante la política totalitarista. Pura ironía. Aquella exageración de sombreros y maquillaje, muchísimo maquillaje, que simulaba ese amor incondicional por aquellos mandatarios.
Un dato más bien curioso, no sin menor relevancia: el bordado de las estrellas de David sobre la ropa de los judíos gue el factor impulsor de la moda, estadounidense, de imprimir rostros, dibujos o inscripciones sobre las t-shirts.

En los años 40 la moda vuelve a plasmar aquella terrible situación política. Situémonos en la Francia ocupada. La moda se reivindica, la moda parisina deja de existir. No podemos hablar de moda.
A su vez, también remarca el fin de esa guerra, quería hacerlo, se reinicia a sí misma. En 1945 aparece el "New Look" de Christian Dior, la reutilización de la moda. Vuelve la elegancia dieciochesca, los colores vivos, el exceso de telas. Vuelve la moda francesa, y vuelve a lo grande.


Llegamos a la mitad de siglo, al momento más ardiente de la lucha entre Estados Unidos y Francia por la hegemonía de la moda. Por un lado, el "ready-to-wear" estadounidense, el think-pink y el consumismo; por otro lado, el "hiperrefinamiento de los 50" europeo. Dior y Givenchy mantenían un secretismo absoluto respecto a sus diseños, mientras que Chanel festejaba que la copiaran. "Nadie lo hará como yo".
Surge el término modernistas, considerados como los mejores diseñadores del siglo XX. Watteau (Dior), Fragonard (Givenchy) y el Picasso de la moda (Balenciaga) estarían en boca de todos.
La repentina muerte de Christian Dior en 1957 desorientó a la moda de los 50, y dejó un mal sabor de boca en esta moda de la primera mitad del siglo XX.








de 1900 a 1950

Las guerras y las revueltas sociales trajeron los últimos cambios radicales de la historia del vestido europeo. Este siglo fue testigo del nacimiento y de la caída de la alta costura, de cómo surgió la confección, del papel decisivo de los jóvenes en la evolución de la moda, y de la transformación de esta en un producto masivo dentro de una sociedad de masas.

Los primeros 30 años

Con la entrada del nuevo siglo desaparece la Belle Époque, y con ella, las indumentarias propias del fin de siglo. En 1902 aparece el trotteur, el nuevo traje de chaqueta femenino, que descubre por primera vez el pie. Quizá el mayor cambio fue la eliminación del corsé en 1906 por los creadores Paul Poiret y Vionnet. Este fue un hecho significativo que acompañó la lucha de la mujer contra las limitaciones sociales y políticas. A partir de aquí comienzan las grandes revoluciones: en 1911 aparecen los primeros trajes de baño y las faldas pantalón.
A partir de la I Guerra Mundial, y después de cinco siglos, reapareció la silueta natural de la mujer con la posibilidad de dejar ver las piernas. Durante la contienda, la incomodidad de trabajar con traje largo impuso un cambio y, como suele ocurrir con todos los cambios repentinos, el ajuste fue brutal, ya que a mediados de 1920 las faldas habían subido hasta la rodilla.
Existieron sin embargo numerosas voces que criticaron estos cambios. En 1914 la Liga de Modistas Alemanas y las damas aristócratas parisinas denunciaron "la inmoralidad del nuevo traje", molestas por la simplicidad de las nuevas confecciones. En Estados Unidos, donde la batalla fue feroz, la ley especificaba: "Se prohíbe a toda mujer llevar faldas o refajos cuyo borde, hallándose aquella en pie, se levante más de 15 cm del suelo. Serán multadas con 25 dólares las mujeres que, en sociedad, ofrezcan a los ojos del espectador demasiada parte de su cuerpo entre cabeza y cintura."
La década de 1920 descubre a una nueva mujer que trabaja y que se atreve a mostrar las piernas. Las flappers, las chicas modernas e independientes, acortan las faldas por encima de la rodilla, se cortan y tiñen el pelo, llevan trajes y camisas, y descubren los trajes de baño. Mientras, los hombres se olvidan de la levita y la sustituyen por una chaqueta más ligera, la americana.
En la década de 1930 la modista francesa Coco Chanel revolucionó la forma de vestir de la mujer al incorporar a su guardarropa una prenda que hasta el momento había sido de exclusivo patrimonio masculino, los pantalones; a partir de ese momento cualquier experimento en el vestir ha pasado a ser considerado como moda.
La capitalde la moda ya no será solo París: Hollywood comienza también a marcar las tendencias. Surge un nuevo estilo de mujer, definido por actrices como Greta Garbo o Katharine Hepburn: las faldas vuelven a alargarse, y triunfan los trajes de noche con grandes escotes en la espalda. Los hombres, que reciben también esta influencia a través de actores como Clark Gable o Cary Grant, usan amplios abrigos y esmoquin.

Las décadas de 1940 y 1950

En 1945 nace en Francia la revista Elle, dirigida por Françoise Giroud, que recoge todos los cambios de los últimos años. Christian Dior presenta dos años después su colección de la victoria, un intento por recuperar la hegemonía europea perdida, mientras, en Estados Unidos, Claire McCardell une moda y confección en sus ready to wear, versión americana del prêt-à-porter francés. Se trata de un sistema de fabricación y venta de moda realizada en serie y con diversas tallas. Esto supone la plena incorporación del diseñoindustrial al mundo de la moda, alcanzando pues el nivel de producto de masas.
Dior propone una vuelta a lo superfemenino: mucho glamour, cinturas de avispa y faldas largas. Sin embargo, la tendencia americana comienza su gran expansión, ya no solo desde Hollywood, sino también a través de sus propios creadores y, sobre todo, de la publicidad. La alta costura está guiada por Dior, pero poco a poco se van incorporando otros nombres: Cristóbal Balenciaga y su línea de saco o Chanel y sus trajes de chaqueta ribeteados.
La moda femenina viene marcada por actrices como Audrey Hepburn, Marilyn Monroe o Sofía Loren, sin olvidar la aparición del biquini a finales de la década de 1940. Surge en Estados Unidos como bañador de dos piezas, y se populariza en Europa pocos años después gracias a actrices de Hollywood como Brigitte Bardot. Los jóvenes comienzan a vestir con zamarras de cuero y vaqueros a lo James Dean, o camisetas de algodón a lo Marlon Brando. Italia entra también en la industria de la moda, de la mano de Emilio Pucci y su colección de punto adecuada para cualquier momento.

La Moda del Siglo XX parte 2


Se afirma que el actual sistema de la moda se fraguó con el gran modisto inglés Charles Frederick Worth, y lo hizo asentándose sobre dos pilares: La Alta Costura y la Confección que después evolucionó al llamado prêt- á- porter. Worth sentó las bases de la Alta Costura. En 1857 abrió su tienda de modas en París, donde se estableció, y tuvo un éxito espectacular: diseñó los ciento cincuenta vestidos exclusivos que lució la emperatriz Eugenia de Montijo en la inauguración del Canal de Suez. Es el precursor de los primeros pases de modelos: presentaba una nueva colección de sus diseños cada temporada. Además al presentarlo sobre modelos de carne y hueso supuso un avance original. Las clientas elegían y se realizaban los modelos a medida. Durante unas décadas el concepto moda y alta costura se identificaron.
La moda en este periodo adquiere una importancia tal, por el desarrollo y expansión alcanzados, que merece un capítulo a parte. Dividimos este siglo en dos etapas, bien distintas :
Primera etapa. Periodo de guerras.
La primera mitad de siglo marcada por varios factores que influyen decisivamente sobre el tema de la moda: las dos guerras mundiales y la alta costura. La Primera Guerra Mundial aceleró los cambios en varios campos de la sociedad y cultura: un número cada vez mayor de mujeres con estudios superiores, la fascinación por los deportes, y el uso generalizado de los automóviles, dando lugar a un nuevo estilo de vida. En consonancia con ese estilo las mujeres usan cada vez más a diario el traje sastre de mayor funcionalidad. Esto convive con las creaciones propias de los modistos de alta costura que, fieles al espíritu del Modernismo, proponen para la mujer un canon de belleza combinación de elegancia y opulencia. La silueta en forma de “S”, requiere seguir usando los incómodos corsés.
Fue otro diseñador de alta costura, Paul Poiret, en su afán de descubrir nuevas formas de belleza para la mujer, el que prescinde de los corsés, cambiando la silueta al “estilo helénico”, sus diseños están influenciados por temas orientales, introdujo en este sentido el turbante como tocado de mujer.
En estos momentos, un artista granadino afincado en París, Mariano Fortuny inventa un vestido plisado al que llamó “Delphos”, inspirado en las siluetas griegas. Él mismo teñía la tela consiguiendo colores delicados, o bien la estampaba en numerosas ocasiones con motivos japoneses. Solía emplear seda y consigue aunar belleza, comodidad, sobriedad, a través del tejido noble que cambiaba de tonalidad y brillo con el movimiento. Lo llevaron las mujeres más bellas e importantes del momento.
El atuendo masculino sufre modificaciones pequeñas como chaqueta más holgada y pantalones más estrechos en los bajos para favorecer el movimiento.
Después de la Primera Guerra Mundial, una vez superados los estragos propios de un conflicto armado, se producen cambios importantes, se empieza acelerar el ritmo de vida de la gente. En la vestimenta de la mujer: se acorta la falda del tobillo a la rodilla. El peinado se hace más sencillo a modo de melena corta; se adopta un estilo masculino a lo garçonne (por encima de la nuca), rechazando el realce del busto o la cintura, que dio lugar a lo que se conocerá como estilo art decó. La sencillez del vestido hace que se complementen con boas de plumas y otros accesorios. Surgen prendas específicas de playa, y costumbres como nadar y tomar el sol.
La diseñadora y modista Gabrielle (Cocó) Chanel, tuvo un papel decisivo en el cambio de indumentaria femenino e introdujo un nuevo concepto de elegancia femenino. Diseñó ropa juvenil, cómoda, dando a la mujer un aspecto esbelto y chic; utilizó tejidos y formas novedosos. Creó el petit robe noir, un sencillo vestido negro, ya un clásico en la moda de elegancia sencilla. Otra de sus importantes contribuciones a la moda es la ostentosa bisutería.
Los nuevos movimientos artísticos como el surrealismo, el futurismo y el art decó propusieron que todo el entorno de la persona, incluyendo la indumentaria, debería estar en armonía, como un única manifestación de artística. Los accesorios decorativos y textiles del art decó surgieron de la colaboración de artistas de vanguardia. La diseñadora que trabajó más directamente con éstos fue la genial Elsa Schiaparelli.
La Segunda Guerra Mundial causó un importante perjuicio a la moda parisina. Alemania pretendía trasladar a Berlín o Viena, la Alta Costura parisina, sin conseguirlo. Al terminar la contienda, comienza un periodo de escasez y racionamiento en todo y por tanto en el textil. Se dan órdenes en distintos países que regulan la cantidad de tejido a utilizar en las prendas. Esto lleva a fomentar la falda recta y lisa. Trajes con estilo militar, zapatos con plataforma de corcho más baratos que el cuero, etc.
París recupera la actividad de la industria de la moda, a través de exposiciones, y del diseñador Christian Dior creador del “el New Look“que ejerció una enorme influencia en el vestir de la mujer.


Segunda etapa. Fuerte impulso de la moda.
En el mundo de la moda se producen dos corrientes paralelas, por una parte la alta costura parisina empieza a revitalizarse. El diseñador más importante fue el español Cristóbal Balenciaga, que empezó en 1937 en París, donde se estableció, y creó una estructura completamente moderna. Se le dio el nombre de “el Maestro” de la alta costura, sus diseños con alta técnica de confección y creatividad, parecían obras de arte y además resultaban muy cómodos. Algunos trajes suyos son la base de las prendas femeninas de toda la segunda mitad de siglo. En 1967 con cuando se retiró el diseñador Balenciaga, se cierra lo que se ha denominado el siglo de oro de la moda, que nació en 1860 con Worth. Prácticamente desaparece la alta costura, al menos con el esplendor que mantuvo todo ese periodo.
Simultáneamente, en la década de los 60 y 70 surge una indumentaria de buena calidad y precios razonables. Se le llamó prêt-à-porter. Era ropa confeccionada en fábricas en serie, pero con un buen diseño, muy apta para los nuevos gustos de la mujer activa y trabajadora, es decir con un valor añadido estético y un sello personalizado. Es en estos momentos cuando empieza a popularizarse, a democratizarse la moda. Sería lo opuesto a una confección cuidada, artesanal, aunque con los adelantos en maquinaria de textil, algunas marcas de moda logran un buen acabado de las prendas. Las grandes firmas crean dos líneas: una de ropa exclusiva y refinada y otra, la de prêt-à-porter, que sostiene la marca de moda.
París sigue siendo la capital de la moda, pero durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos había seguido creando moda, y acrecentando su industria textil, de modo que Francia comparte hegemonía con otros países como USA y Gran Bretaña. Actualmente se habla del al triángulo de moda, París-Nueva York-Italia.
En estas décadas surge un fuerte protagonismo de la juventud, marcado por la revolución del mayo del 68 francés, buscando nuevos espacios de expresión distantes de los adultos, en el mundo de la canción viene representado por el nuevo estilo de The Beatles, y también se deja sentir en el campo de la moda.
La “mini” ideada por Mary Quant, el vestido corto que deja al descubierto los muslos, aceptada como estilo normal del siglo XX. La aceptación en masa de los pantalones que habían tenido su uso para diversas actividades de trabajo, deportivas, etc. El espaldarazo definitivo a la modernidad juvenil, vino de la mano de Andrè Courrèges, cuando presentó un conjunto pantalón como vestido de noche.
En este marco de protesta y rebeldía juvenil, como movimiento contrario a lo que se consideran convencionalismos sociales establecidos, aparece la moda hippie y folk.
El pantalón vaquero o jeans se convierte en la prenda estrella de la juventud americana y gracias al cine de Holywood, ha calado en gente de todo el mundo, de toda edad, clase, nación, como una prenda básica en el atuendo cotidiano. El jean es uno de los símbolos más característicos de la moda de este final siglo. No es ya una moda sino un estilo, una demostración de una forma de vestir menos obsesionada por el prestigio a través de la forma de vestir.
En las últimas décadas de siglo los grandes diseñadores y modistos toman como fuente de inspiración los estilos urbanos. Un ejemplo de esa mezcla de elegancia y estilo de la calle la ha logrado siempre el modisto francés, Yves Saint Laurent. En la década de los ochenta se ha alcanzado cierta estabilidad política y económica y la moda adquiere un estilo elegante y sobrio de la mano de diseñadores italianos como Giorgio Armani, éste crea trajes, y, en general, prendas funcionales y de gran estética. Su clientela es tanto la mujer y el hombre ejecutivos.
Un hecho decisivo para la moda de este siglo fue la aparición de las fibras artificiales: nylon, poliéster, lycra; al principio como sustitutivas de las fibras naturales más costosas, pero posteriormente son apreciadas por sus prestaciones y texturas. Se puede afirmar que gran parte de las variaciones e innovaciones que se producirán en el campo de la moda, están en la línea de investigar nuevas fibras que den lugar a tejidos diferentes. En esta última década más que el diseño, cabe destacar la innovación en los tejidos. Se inventan nuevas mezclas: tejidos plastificados, tornasolados, metalizados, imitaciones únicas; destacan los diseñadores japoneses como Issey Miyake, Yohi Yamamoto, etc.
Hacia finales del siglo XX se producen hechos tan trascendentales como la caída del llamado “telón de acero”. El mundo de la moda evoluciona hasta convertirse en una industria gigantesca. Una de las propuestas interesantes en la línea del desarrollo sostenible, es la idea de ropa reciclada en oposición a un sistema que continuamente crea cosas nuevas y descarta las viejas.
La moda se centra en el cuerpo como un objeto o prenda más a “llevar”, de ahí el auge de tatuajes, piercings y demás adornos corporales.
Se puede afirmar que a finales del siglo XX y principios del XXI, se ha producido un triunfo del prèt-a-porter, y sobre todo de las grandes superficies (Zara, Mango, Gap, H&M, etc.). Su éxito parece que reside en que se basan en las líneas de alta costura, haciendo sus precios asequibles, y sobre todo en la rapidez de la cadena de producción y distribución, consiguen que las diversas creaciones lleguen a distintos ambientes en tiempos record, logrando una expansión de la moda en todas direcciones y puntos geográficos.

Perspectiva de la moda en el siglo XX

La Primera Guerra Mundial desmanteló los antiguos sistemas y valores sociales que habían empezado a resquebrajarse a finales del siglo XIX. La vida social cambió y por ende su visión global al acelerar los cambios en varios aspectos de la sociedad y cultura.
.......El nacimiento de una clase media dio pie a un nuevo estilo de vida, y a medida que las mujeres salían del hogar para participar en el mundo con estudios superiores y funcionales, decidieron liberarse del corsé y buscaron prendas más prácticas.



Los diseñadores de moda y los artistas pusieron grandes esfuerzos en crear nuevos tipos de vestimenta. Para las mujeres de ese período que tenían una vida activa, el atuendo diario fue alcanzando gran funcionalidad con los trajes sastre. La moda del siglo XX evolucionó a partir de una forma encorsetada y artificial a una más natural apoyada por el sujetador.
.......Hacia principios de siglo surgieron los medios de comunicación necesarios para difundir las noticias sobre moda, y su campo de influencia se expandió rápidamente. Las revistas como Vogue y la Gazette du Bon Ton establecieron un sistema para informar al mundo de los nuevos avances de la moda.
.......Las ilustraciones jugaron un papel muy importante en estas revistas, un buen número de artistas como Paul Iribe y Georges Lepape, hicieron que este período fuera considerado como la época dorada de la ilustración de moda.